¡El viaje hacia tu mirada!

Un viaje, hacia dentro…

 

Han sido preciosos y emocionantes los días transcurridos en estas navidades. Ha significado una manera de continuar el camino que me lleva hacia ti. Me he dado si cabe más cuenta que el dolor de tu ausencia es necesario para sentir que estás pleno de fuerza y vida. Que es posible compatibilizar la felicidad y el sufrimiento en nuestras vidas, porque nada es en balde a la hora de desarrollarnos como personas.

 

Se trata del viaje hacia uno mismo cariño, y algún día lo contemplarás con tus ojos, porque lo estoy dejando guardado para que tú lo puedas ver y valorar por tí mismo. Antaño lo confundí con un trayecto en el tiempo, ascendente y en evolución constante, consistente en conseguir objetivos y alcanzar metas. Ahora soy más consciente que el viaje no es así.

 

El verdadero camino es interior, hasta que nos encontramos con quienes somos; lo que realmente deseamos y queremos con todas nuestras fuerzas. Y tú, mi vida, formas parte de lo más profundo de mi ser, como yo lo formo en el tuyo. En esa confluencia será el lugar y el momento de nuestro encuentro, y tú lo podrás ver con esa mirada limpia que te define.

 

No es fácil poder explicarte como puede sentirse feliz el papá si tú no estás, pero es así, soy feliz cariño. Porque he aprendido a manejar tus recuerdos, a ajustar mis expectativas y saber esperar el momento. Se de tu amor por nosotros y el mío por ti no solo se mantiene imperturbable, sino que crece cada día más. Guardo en la memoria, en el corazón y con los hechos todo aquello que vamos construyendo en familia. Siempre hay un espacio para ti a nuestro lado. Y he sabido comprender y asimilar el sentirte sin estar físicamente, y ¡créeme cariño!, es todo un logro.

 

Gracias al gran equívoco que es nuestro distanciamiento, también debo decirte que he encontrado personas hermosas de alma. Esos seres maravillosos se encuentran en los momentos de oscuridad, paradójicamente. Además he profundizado en mis errores, pero no tanto por acción, sino por confiarme demasiado en quién sabía que era una perversión. Por lo tanto, teniendo mi corazón más lleno de amor, habiendo encontrado personas maravillosas, y sobre todo acariciando expectativas de que nos encontraremos en el lugar y el momento indicado, es el sentido por el que te digo: ¡ha valido la pena!. Llegado el momento lo entenderás.

 

La Navidad es un momento entrañable y propicio para profundizar en el autoconocimiento. Hay miles de imágenes, recuerdos, anécdotas, objetos, y sensaciones  tuyas de las que me he sentido inundado estos días. Tu sonrisa, tus bromas, tus amaneceres vibrantes, tus atardeceres lúdicos y tus noches cargadas de sueños e ilusión. Todo ello se ha repetido estos días, pero sin ti; y al constatarlo en mi corazón, soy más consciente de la fuerza que nos estás dando… y los que te ocultan la belleza, son menos conocedores de lo débiles en que se están convirtiendo.

 

No importa el tiempo que pase en este camino hacia el reencuentro. La rueda del amor no para de girar, y no se va a detener. No es un presagio, sencillamente es la fuerza de la convicción, más grande si cabe que la de la esperanza. Es la absoluta certeza de tu amor, de nuestro amor. Y mientras tanto transcurre el trayecto, te iré contando y compartiendo en este espacio de reflexión todo lo que voy encontrando para ti, que es mucho y grande.

 

Un abracito mi vida,

 

Papá.

Escribir comentario

Comentarios: 0

Esta página y su contenido es para mayores de 18 años. Cualquier incursión de un menor en la misma, queda bajo responsabilidad de su tutor legal.