"The lost boy" (el niño perdido)

La música eres tú…hijo mío:

 

¡¡Nunca te sientas perdido mientras te acompañe una melodía!!

 

Son incesantes los recuerdos . Y muchos de ellos asociados a una música, a un momento musical. Con los años un niño adquiere sus propias decisiones y gustos musicales. Eso significa mucho. Ya no es papá o algún adulto quién elige música o canciones para que las escuche su hijo; no. Los niños ya van a su tablet y con permiso de sus padres pueden bajarse una canción con criterio propio. Y el significado de esta elección es crear su propio mundo interior. El niño se separa de la conexión obligada con los adultos y construye su propio “Yo”. Y la música es uno de los elementos que más visible hacen nuestras personalidades.

 

Hay música para todo tipo de personalidad: calmada, vibrante, apasionada, reflexiva, estridente, melódica… Pero lo más importante no está en la categoría musical o los gustos. Lo más importante está en la música en sí misma. Como las palabras son al pensamiento, la música lo es a nuestra alma. Y este concepto ahora puede resultar difícil de comprender para ese pequeño que tanto adoro, pero tal vez cuando madure y se haga mayor, ésto que hoy escribo pueda entenderlo, cosa que puede hacer que se comprenda mejor a sí mismo y sus elecciones de vida.

 

La música simboliza estados emocionales y sentimentales que anuncian nuestro mundo más personal e interior. No me refiero a las canciones sino a la melodía, el tono, el volumen, y en general todas las características musicales que acompañan a una letra… o si acaso, sencillamente piezas musicales o instrumentales, que sin necesidad de ser acompañadas por las palabras, representan el sentido íntimo de nuestro ser al percibirla; único e intrasferible, como nuestras huellas dactilares o nuestro iris ocular.

 

He tenido el privilegio de ver como un niño, adorable y amado: "MI HIJO", eligía los momentos para cada canción o pista musical. Casi siempre alegres elecciones, entretenidas e incluso "rock". Pero me causa curiosidad y ahora asombro una canción que llegó a lo hondo del corazón de mi pequeño (“The lost boy” -traducido como el niño perdido-)… una canción perteneciente a la banda sonora de la serie  "Sons of Anarchy".

 

Siento curiosidad porque muchas de las canciones de esa banda sonora trataban de melodías profundas, sensibles, alejadas del uso musical basado en el entretenimiento, y sin embargo más cercanas a la nostalgia y a los recuerdos, y eso no es lo usual en un niño. Y siento asombro porque pasado el tiempo, ahora ya reconozco la razón y me ha dejado cautivado y en shock darme cuenta de lo que con aquella elección mi hijo estaba anunciando. 

 

Un menor no debe llegar a ver series como Sons of Anarchy (demasiado violenta para edades infantiles), pero en esa serie hay una canción  (“The lost boy”) que como os he dicho transmitía emociones que conectan con una especial intensidad, puesto que aunque la canción está narrada en inglés, transmitía la historia de un chiquillo que se quedó sin su padre e invoca la idea de conseguir el control de su propia vida a pesar de esa circunstancia. Y ahora, que comprendo el significado de la elección,  yo me pregunto recordando esa canción, casi con una lágrima de alegría (o lo contrario) en mis mejillas, ¿cómo se es capaz de entender y percibir una música cuya letra está en un idioma desconocido y habla de historias futuras?. Sin duda los niños tienen una capacidad que en los adultos se nos minimiza, y es la de la premonición, que solo las almas puras pueden preveer.  

 

Es paradójico que le llegase a gustar esa música a mi hijo,tratándose de una melodia nostálgica -no era lo usual en él-; pero ahora lo entiendo a la perfección.  Por eso ya no puedo dudar que la música acaricia nuestras almas, que todo el mundo la entendemos cuando conectamos con ella, y aunque al escucharla no tengamos palabras para traducir nuestros sentimientos, estos nos llenan de la melodía que necesitamos en cada momento… De la misma forma que respiramos y no necesitamos pensar que lo hacemos, LA MÚSICA llega a nuestro interior, y ella sabe cómo actuar con nuestra alma; como lo hace el oxígeno en nuestro cuerpo. Mi hijo necesitaba estar a mi lado.

 

No, no fue una casualidad que se capte por parte de un niño el sentido de la historia de aquella canción  cautivadora: “The lost boy”.  Uno puede sentir en ella el reflejo de si mismo. La alegría y el enfrentamiento a los conflictos creados en el mundo de los adultos no son incompatibles. Y los niños mientras no tienen autocontrol tienen que vivir al amparo de las decisiones de los adultos, bien por no poder o por no querer éstos que las necesidades de un menor sean compatibles con ambos padres.

 

He pensado lo importante que puede llegar a ser el concepto de "padres", en plural. Muchos niños tienen padres presentes físicamente y sin embargo ausentes en la educación en valores. Se pueden tener “progenitores” en presencia, sin embargo en ocasiones falta la “representación de lo que deben significar unos PADRES"; si acaso, más bien lo contrario: fallan. No es lo mismo ser papá o mamá que ser una simple y supuesta progenitora. Los niños suelen querer cosas pequeñas y sencillas, pero por acción  u omisión de los mayores no se les permite amar con libertad. Y eso lo hace una progenitora, porque una madre nunca falla, y pone por encima de sus deseos, filias, fobias y rencores, las necesidades de su hijo sobre todo en referencia estar y disponer de su papá.

 

Muchas veces pienso en los niños que son supervivientes. No sólo son aquellos que padecen hambre o guerras. Algunos viven en sociedades opulentas y con todos los recursos materiales a su alcance. Y sin embargo la vida no se detiene para nadie, ni para los niños. Tienen que continuar creando su propia historia y lograr, cuando corresponda, disponer del control de su propia vida para poder rehacerse como personas. Aquella música de "the lost boy" -el chico perdido-, por muy bonita que fuese, indicaba que algo no funcionaba bien en mi hijo, porque en realidad él estaba gritando hacia el cielo que sus necesidades verdaderas estaban muy por encima de cualquier "lucha" entre adultos. Y no se le hizo caso.

 

Por culpa de los mayores, muchos niños pierden la libertad de amar sin prejuicios ni frenos a sus familias. Llegan incuso a tomar decisiones erróneas y crueles, pero al fin y al cabo para sobrevivir, porque solo son niños "inocentes" que tienen que poder renacer de entre los conflictos de sus mayores. ¡Les roban la inocencia!. Y ¡tonto del adulto!, no entienden la música en el alma de esos niños, como fué el caso de mi hijo. No saben comprender su melodía. Y solo queda ser conscientes, cuando nos damos cuenta, de asumir la responsabilidad en ello, y rehacer nuestras vidas para siempre seguir adelante,  crear un presente hacia un futuro mucho mejor.

 

¡Así es la vida hijo mío!. La música nos acompaña en cada momento, y existen todo tipo de instantes para muchos tipos de piezas musicales y canciones.  Los adultos responsables de los niños deben ayudarles a elegir la música que les guste, pero sobre todo la que corresponda a su verdadera esencia, la que se asocie a su personalidad, la que le dote de un rumbo personal sin que sea privada su libertad. No es necesario clonar personalidades, porque cada niño es único. ¡Que elijan, sientan, liberen su mundo interior y conecten con su propia música!, suene como suene, porque solo es "SU música".

 

Y los papás estaremos en alguna de sus canciones, por siempre; porque no queremos que ningún niño se convierta en un “Chico perdido” (The lost boy). Tu papá, cariño mío, está contigo aún sin presencia, si en tu música y en tu alma... Te quiero.

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=u5v1PoBQF6s

 

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